domingo, 12 de septiembre de 2010

Envuelta en el tiempo.

Entre tanto pasan los dias, las emociones siguen compitiendo por alcanzar cada una el predominio,mientras que conmigo lo que hacen es un manojo de confusion y expresiones faciales que de no estar pendiente, podrian ser descoordinadas y sin sentido.
Desde que llegue al cuarto piso, esto comenzo a ocurrir con mas frecuencia; al principio me proporcionaba gusto, ahora, despues de un año, creo estarme volviendo loca, si es que no lo estaba.
Hay dias en los amanezco relajada, paciente, silbando, otros intempestivamente me levanto de la cama como si estuviera en un campamento militar, dando ordenes sin parar a mis hijos y hasta a mi misma y corriendo tras la aguja del segundero.
Otros en los que despierto con ligereza y pesadez, rodando miles de preguntas por mi cabeza como una pelicula muda, que desespera por la carencia de respuestas claras y la falta de color.
Despues que despacho a los niños a la escuela, prosigo con mis horas,las cuales continuan con absoluta independencia del humor con el que me levanto.A veces empeora, otras me pongo en el timon sintiendome sensata y capaz de ser tan flexible como una hoja de papel y un bluejean que aguanta todo, eso si,siempre bien distante de la rutina.
La noche anterior puedo haberme ido a la cama con el firme proposito de ser la mejor cenicienta la mañana siguiente, pero al transcurrir el rato tempranero, puede que mi dia tome otro rumbo o termine cumpliendo con el ultimo acuerdo de la noche anterior.
Claro, siempre aprovechando cada minuto,queriendo hacer tres y cuatro cosas al mismo tiempo, lo que con el pasar de las horas va haciendome sentir la super mujer, amiga. alma caritativa, ciudadana, vecina, hasta que llegan mis hijos de sus dias de estudio y con la misma imprudencia caigo en cuenta que tambien estoy Super estresada, entonces de un soplido se borra todo proposito de permanecer calamada, tolerante y practica, cayendo como de una nube y transformandome en lo que literalmente seria la "bruja" del cuento. Es aqui cuando me envuelvo en las tardes ordenando a los niños a gritos, producto de no saber si es que no me escucharon o de repetir varias veces que se laven las manos, coman, hagan las tareas o salir corriendo a cualquiera de sus actividades extra escolares que por idea de su papa realizan y las cuales apoyo, por aportarles bienestar y por evitar guerras especialemente de gustos. Una vez sin aliento y casi sin voz, me enfrento al volante, aun caliente del ruleteo matutino, segun el dia que escoja, para seguir recorriendo todo tipo de caminos y cubrir con los compromisos adquiridos de manos de mi compañero y que el asume despues de mi ajetreo y su habitual trafico con dignidad y aparente calma por el ahorro de energia provisto por la " locura del hogar", es decir, yo.
Debo reconocer que mi queridisimo complice de vida es muy responsable cuando de deporte y religion se trata y algun otro tema, pero cuando se trata de otros compromisos realemnte no empleamos el mismo huso horario.
Al llegar de todo ese trayecto realizado entre risas, regaños,peleas, chismes de si fulanito me dijo y sutanito me me hizo, alguna que otra llamada o texto al celular de las muchachas o de mi compañero averiguando cuanto falta, por donde voy o simplemente para sintonizarse con mi estres y por supuesto el sube y baja del volumen de la musica que sin exito alcanzo a tararear una cancion completa para poder escuchar todo mas lo que acontece detras e intentar solventarlo, con el maximo control de no soltar el volante y mi mano soltarse en cualquier pierna de los pequeños tripulantes para darles un "estate quieto", caigo como una reina en el ambiente que mas me solicita, " la cocina", para proveer a la familia una cena, lo mas rapida posible por favor, mas que buscando una alimentacion balanceada por abandonar cuanto antes el lugar y dejar a los chiquitos en manos de morfeo tras un baño sin mucha maña y correr ansiosa a mi recoveco, buscando alivio y tranquilidad. Es aqui donde siempre tropiezo con la reflexion, dejando escapar las lagrimas, mezcla de carga y sentimiento cuando al repasar la habitacion de cada uno de mis frutos y encontrarlos entre sus sabanas, profundos y silentes como angeles y de inmediato recordar cuantas veces deje de disfrutarlos esa tarde para en vez de ordenes y apuros de rutinas absorbentes que deshecho de mis dias y me empeño en colocar en los de ellos darles grandes amapuches y besos.
Como no caer en el sentimiento de culpa, si cuando los pienso, a los tres, siempre son perfectos, con sus semandas tormentosas e incesantes, con sus voces desentonadas como la mia al obsecionarme en cumplir con cada cosa, con sus correderas por toda la casa, lo que me hace esperar en cualquier momento que traspasen el piso y caigan desde arriba por lo fuerte de sus pisadas sobre estas estructuras que parecen de juguete.
Mi mayor hija envuelta en la adolescencia, queriendo ser mujer aun en el capullo de una infancia que se niega a despegar y con la que pelea y presiona para sacarsela de encima aplicando maquillaje en sus parpados y labios y enoviandose como comence hacerlo yo a mis diez y seis.
Mi segundo, sufriendo las calamidades del hijo del medio y asolapado por el mandoneo y el amor inquietante de sus hermanas; desconectado por conveniencia y benefcio o por cosas de la edad en un mundo de legos,amigos y juegos en el que estoy segura se siente feliz, hasta que alguna de sus hermanas decide irrumpir en el, y sin quedarle remedio se conecta con ellas bien sea para intercambiar lo que le propongan.
La menor de la camada haciendo un completo revolu, como si no rompiera un plato, y tratando de cubrir sus faltas y tremenduras abanicandonos con pestañeos y poses de princesa al mismo tiempo que pide mil disculpas con su voz dulce y pequeña que inevitablemente eleva las comisuras de nuestros labios, luchando por no mostrar la risa y no darle mas alas de las que ya tiene.
Pero finalmente, es maravilloso descubrir que detras de todo este sube y baja de los dias, vale la pena la disciplina, la constancia y como recompensa el saber que Dios me regalara otro dia para dar mas abrazos y menos regaños, mas besos y menos gritos, y tener la oportunidad de que la siguiente noche, despues de cada dia y al llegar extenuada a mi rincon mis lagrimas sean de alegria y no de culpabilidad.

Y para contribuir con ustedes ,que como yo desean salir corriendo de la cena para encontrar su tiempo, aqui les escribo una facil y alimenticia posibilidad:
Medialunas de jamon (4 raciones)
Preparacion: 30 minutos
Acompañamiento: pepinillos
Ingredientes:
3oz (85 gr) de queso crema, ablandado.
2 cdas.de miel, divididas.
1 cda. de cebollines ("green onions") picados.
1 pqte. refrigerado de masa para medialunas ("crescent rolls") dividida en triangulos.
6oz (170g) o 24 tajadas finas de jamon.
1 cda. de mostaza.
1/4 taza de mayonesa.
1/4 taza de pi·a machacada enlatada ("crushed pineapple"),escurrida.

Preparacion:

1. Mezcla eñ queso crema, la mitad de la miel y los cebollines, esparza sobre la masa. Corta el jamon en triangulos un poco mas grandes que la masa. Mezcla la mostaza, la mayonesa, el resto de la miel y la piña en un bol mediano.
Esta mezcla puedes prepararla el dia antes y refrigerarla. Sacala un poco antes para dejar que el queso crema se ablande y puedas esparcilo mas facilmente.

2. Precalienta el horno a 375oF (190oC). Coloca unos 4 triangulos de masa.Con una cuchara pon un poco de la mezcla de piña arriba del jamon.

3. Enrolla la medialuna comenzando por la parte ancha para encerrar el relleno. Acomoda en una bandeja para hornear sin engrasar, dejando un espacio entre las medialunas.

4. Hornea por 15 minutos o hasta que esten doradas; sacalas de la bandeja con cuidado. Sirve inmediatamente.